sábado, 15 de enero de 2011

Más telebasura (Telecinco adquiere Cuatro)

Telecinco ha adquirido Cuatro. De esta forma la cadena dispondrá de otra plataforma para infectar a la gente con su abyecta y deplorable programación. Uno de los primeros pasos ha sido el cambio de Cnn + por, tachán, tachán, Gran Hermano. El programa presentado por Milá ha perdido el norte. La primera edición fue un récord de audiencia. Todos lo vimos. Es normal que quieran alargarlo un poco más. Pero ya es tan evidente el perfil de los concursantes, del estilo, chica guapa que hará (se tirará) lo que sea (a quien sea) para triunfar, o chico musculado y definido, parecido a un Adonis, que el último libro que se leyó fue “Fray Perico y su borrico” (magnífico libro, del Barco de Vapor, por otro lado), y porque se lo mandaron en el colegio. No quiero decir con esto que Cnn+ haya sido un paradigma de periodismo serio y honesto. Hicieron cosas bien, y cosas mal, pero el simple hecho, la mentalidad de cambiar un programa de información por esa flagrante basura que es gran hermano, es un ejemplo muy claro de la forma de ver, y de hacer las cosas que tienen en la cadena de Vasile.

Resulta escalofriante ver la programación de Telecinco. Sólo con Sálvame se podría escribir un voluminoso “Tratado sobre la poca verguenza y el mal gusto en la televisión”. La última vez que vi ese programa fue durante una ¿entrevista? a Emilio Rodríguez Menéndez, un perfecto sinverguenza que me llegó a caer simpático, viendo la catadura de los supuestos ‘entrevistadores’. Parece increíble que al lado de la panda de Sálvame, Rodríguez Menéndez llegar a parecer una persona culta e instruida, mientras llamaba prostituta a Malena Gracia, o le decía a Raquel Bollo que “ te huelen los sobacos”. Pero esto no es lo más grave, ya que todos sabemos de que palo va este programa. Venden basura, a manos de gente analfabeta (en su mayoría), pero que gozan de un desmedido e inmerecido tirón popular. No ya por ser artistas, o distinguidos periodistas o afamados y respetados escritores, sino por ser cutres y chabacanos. Por vender ignorancia y estupidez. Por ver quien es el más ordinario, quien grita más o quien dice el insulto más ingenioso. Pero como decíamos antes, lo más duro es ver programas que van de serios y eruditos, como La noria, y son aún más chabacanos e impresentables que el propio Sálvame.

Creo que llegará un día que recordaremos Cuatro con melancolía. Como esa cadena que empezó con ilusión y determinación de hacer una programación de calidad. Que, ideologías aparte, emitía House, o South Park, o interesantes reportajes con “Callejeros”. Que emitía Scrubs o Cuarto Milenio. Series y programas que no eran para la mayoría, pero que les granjeaba una audiencia fiel y heterogénea. Al menos, siempre nos quedará internet para ver una televisión de calidad.